Desayunando decisiones
Observo tu desayuno de nuevo, pan con café, el mantel de cuadros rojos y blancos resalta la palidez de tu rostro. Torpemente levantas la cuchara hacia la boca, mojas el pan en el café, luego lo exprimes y lo bebes a sorbos, por ultimo te comes con avidez el mazacote de pan que sale del fondo del vaso. Verte comer de esa manera, me hace tragar gruesa saliva y desear servirme el desayuno de pobres. Hasta que no tome cartas en el asunto, no dejara de ser la misma miseria todos los días por mucho, mucho tiempo.